sábado, 6 de agosto de 2016

¿Quién es San Chárbel, el santo que le devolvió las esperanzas a una madre hispana?

En este artículo publicado el 6 de agosto de 2016 en la página web de Univisión (http://www.univision.com/shows/cronicas-de-sabado/quien-es-san-charbel-el-santo-que-le-devolvio-las-esperanzas-a-una-madre-hispana) cuenta un poco sobre San Chábel y un milagro sobre Dafne Gutiérrez.

¿Quién es San Chárbel, el santo que le devolvió las esperanzas a una madre hispana?

San Chárbel creció en una familia muy religiosa y desde muy joven él mismo comenzó a mostrar un interés muy grande por la religión y la iglesia.

Una extraña enfermedad dejó a Dafne Gutiérrez, una joven madre hispana, en completa oscuridad. Dafne había perdido todas las esperanzas de volver a ver a sus tres hijos. “Todos dicen que le pida a Dios, pero yo decía: pero si Dios no me escucha”. Un día todo cambió.

Tras meses en las tinieblas, Dafne fue a la iglesia de St. Joseph en Phoenix. El padre Wissam Akiki, encargado del templo, le habló del poder de la fe y del increíble poder de sanación de San Chárbel. El padre le pidió que cerrara los ojos y se dejara ungir con un aceite que había sido traído desde el Líbano. El padre dijo que mientras le ponía el aceite a Dafne, le pedía a Dios a través de San Chárbel.


Pero, ¿quién es San Chárbel?

Youssef Antoun Makhlouf nació el 8 de mayo de 1828 en Bekaa Kafra, un pueblo en el norte del Líbano. Fue un asceta y religioso maronita. Su padre murió cuando él tenía apenas tres años. Su madre se volvió a casar con un hombre devoto. Makhlouf creció en una familia muy religiosa y desde muy joven él mismo comenzó a mostrar un interés muy grande por la religión y la iglesia.

En 1851, con 23 años de edad, Maklouf comenzó su camino para ser maronita. Ingresó como novicio en un monasterio maronita y le fue dado el nombre “Chárbel”. En 1853 hizo los votos solemnes y en 1859, fue ordenado sacerdote.

Dedicó su vida a Dios, la iglesia, la penitencia y la oración. Se destacó por la predicación y la taumaturgia, el don de sanación. Para sus creyentes, este don continuó hasta después de su muerte.

Tras iniciar su vida como maronita, Chárbel lo dejó todo atrás, su casa, su familia, y hasta su tierra. Quería dedicarse completamente a ejercer el ministerio. Vivió dieciséis años en el Convento de San Marón – Annaya y luego se mudó a la Ermita de San Pedro y San Pablo. En 1898 se enfermó mientras daba la misa. Falleció días después, el 24 de diciembre, a los 70 años.

Chárbel fue enterrado en el cementerio de su monasterio. Dicen que, tras su muerte, surgieron luces extraordinarias desde su tumba por semanas. Esto llevó a que movieran su cuerpo, el cual segregaba sudor y sangre, a un ataúd especial. Desde ese entonces, decenas de peregrinos comenzaron a visitar su tumba. Dicen que Dios beneficiaba a muchos de ellos con sanación y gracia espiritual.

En 1950 la tumba de San Chárbel fue exhumada. Al abrir la tumba, sus restos fueron encontrados incorruptos. Las primeras señales de que algo realmente extraño fuera a descubrirse fueron unas manchas aceitosas sobre el ataúd. Dicen que de su cuerpo emanaba un líquido acuoso de sangre. Ese aceite es al que le atribuyen poderes curativos y que la iglesia católica presenta al mundo como las reliquias de San Chárbel.

San Chárbel fue beatificado en 1965 y canonizado en 1977. Se le atribuyen descenas de sanaciones.

¿Fueron sus supuestos poderes sanativos los que le devolvieron la vista a Dafne Gutiérrez?

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