2012-09-16 Radio Vaticana
(RV).- Líbano, durante siglos, ha sido tierra de refugio y acogida de comunidades y pueblos amenazados y perseguidos en Oriente Medio. El dato fundamental de este país es que está poblado principalmente por minorías. Líbano, en un cierto sentido es también Tierra Santa: Jesús visitó más de una vez Tiro y Sidón predicando y curando a enfermos. San Pedro transcurrió una semana en Sidón mientras viajaba hacia Antioquía. El apóstol Judas predicó en Beirut, y san Pablo hizo escala en Tiro.
“Más que un país, Líbano es un mensaje”, decía el Papa Juan Pablo II, razón por la cual el concepto de democracia numérica, viene superado por la lógica del “mosaico”: está compuesto por 12 comunidades cristianas, de las cuales 6 son católicas (maronitas, greco-melquitas, católicos de rito armenio, caldeos, siro-católicos y católicos de rito latino); a los que hay que añadir otras seis comunidades cristianas: los greco ortodoxos, los armenios apostólicos, los protestantes, los siro ortodoxos, la Iglesia copta de Oriente y los asirios de Oriente.
La presencia musulmana en Líbano, está dividida entre chiítas, sunnitas y drusos, principalmente, comunidades religiosas que han enviado cada una de ellas delegados fraternos a los trabajos de la Asamblea Especial del Sínodo de los obispos para el Líbano, que se celebró hace dos años en el Vaticano.
Finalmente, existe también una antigua comunidad judía. En total son algo más de 4 millones de personas (50% cristianos y 50% musulmanes) en un pequeño país de diez mil kilómetros cuadrados.
(ER - RV)
Benedicto, Artesano de Paz
(RV) “El artesano de paz es humilde y justo”. Con estas palabras Benedicto XVI comentó el bello gesto cumplido la mañana del sábado en el jardín del Palacio Presidencial de Baabda donde - junto al presidente Suleiman plantó un cedro del Líbano, “símbolo - le dijo - de su hermoso país”. “Viendo este pequeño árbol y los cuidados de los cuales necesitará para fortificarse hasta extender sus ramos majestosos, he pensado en su país y en su destino, en los libaneses y sus esperanzas, en todas las personas de esta Región del mundo que parece sufrir los dolores de un parto sin fin”… Terminadas las intensas actividades de la mañana el Santo Padre se dirigió al Patriarcado Armenio Católico de Bzommar donde almorzó con los Patriarcas y los Obispos de El Líbano, los miembros del Consejo Especial para Oriente Medio del Sínodo y el Sequito papal. Según declaraciones del vocero de la Santa Sede, p. Federico Lombardi, esta pausa de refrigerio se desarrolló en un ambiente de gran cordialidad. En cuanto a la calurosa acogida que el país brinda en estas horas al Pontífice, padre Lombardi aseguró además que “es claro que en Beirut y en el Líbano todos estén felices de que el Papa haya venido, todos entienden qué cosa significa esta visita, que es sobretodo a sus fieles cristianos, y católicos en particular, pero también a todos porque los verdaderos creyentes entienden que Dios es el fundamento de la paz y de la fraternidad entre sus criaturas, entre sus hijos”. “Por lo tanto –agregó p. Lombardi- todas las personas que tienen una capacidad de reflexión y comprensión de quién es el Papa: de lo que representa, entienden que es un grande servicio el que está prestando a todos”. La ultima actividad de Benedicto XVI este sábado fue el encuentro con los jóvenes de El Líbano y de todo Oriente Medio en el Patriarcado Maronita de Bkerké. El Papa también vino para encontrar a “su” juventud: aquella que cree en que la paz en esta milenaria tierra de jóvenes, es posible.
Desde Beirut, tras las huellas de Benedicto XVI, RC RV
El Papa con la Población Libanesa
Raúl Cabrera, nuestro enviado especial en Beirut nos refiere el encuentro de Benedicto XVI con la población libanesa
(RV).- “Encuentros con políticos y con instituciones por la mañana y una vigilia con los jóvenes al caer la tarde, marcan la segunda jornada de Benedicto XVI en El Líbano. El Papa tuvo hoy su primer encuentro directo con la población libanesa. En Papamóvil recorrió diversas calles del centro de Beirut llenas de gente en júbilo, a pesar de las estrictas medidas de seguridad. El auto blanco con placa vaticana era precedido por la guardia presidencial montada con banderas libanesas y vaticanas. La comitiva avanzaba lentamente hacia el palacio presidencial de Baadda, lugar de los encuentros. Flores, papel picado y arroz eran lanzados al paso del pontífice mientras un grupo de bailarines grandes y pequeños en trajes tradicionales, bailaba una danza árabe en su honor. Fueron miles las personas, de todas las confesiones que desde el alba se apostaron a lo largo del trayecto del Papa para verlo pasar y recibir su bendición. La prensa libanesa abre su edición del sábado con la noticia más importante: la presencia del Papa en el país. “Peregrino de paz”, “No tengan miedo, invitación del hombre de blanco”; “Benedicto desde El Líbano lanza un llamado a erradicar el extremismo”, “El Papa saluda la primavera árabe”, son algunos de los títulos de las primeras planas.
En Baabda, el Papa encontró al presidente de la Republica Sleiman y luego al presidente del Parlamento, Berri y el presidente del Consejo de ministros, Mikati. mas adelante se reunió con los jefes de las comunidades musulmanas y los miembros del gobierno, de las instituciones de la Republica con el cuerpo diplomático y representantes del mundo de la cultura. Una breve pero muy simbólica ceremonia se verifico entre estos importantes encuentros. El Papa participó de la siembra de un Cedro del Líbano, símbolo del país”.
Vigilia de oración en Beirut en espera del Papa
(RV).- Líbano está ya esperando a Benedicto XVI en su vigésimo cuarto viaje internacional. Anoche, en Beirut, en preparación a la visita del Pontífice a Líbano, tuvo lugar una vigilia de oración. En el evento participaron cristianos y musulmanes. Cuatro procesiones de jóvenes partieron de cuatro puntos de Beirut para llegar hasta el llamado “Jardín de María”, en el área de la plaza del Museo, llevando velas y banderas del país. Pero demos paso a nuestro enviado especial, Raúl Cabrera, quien nos habla al respecto.
Con nosotros el prefecto de la congregación para las Iglesia orientales, cardenal Leonardo Sandri quien nos habla sobre lo qué se espera del viaje del Papa. La entrevista es de nuestro enviado al Líbano Raúl Cabrera
Nuestro enviado también entrevistó al arzobispo siro-católico de Alepo, Mons Denys Antoine Chahda, que estuvo 22 años en Venezuela.
En su estancia en Líbano, el Papa pernoctará en la Nunciatura apostólica en Harissa, localidad situada a 20 kilómetros de Beirut y donde se encuentra el Santuario de Nuestra Señora del Líbano. Oigamos sobre este lugar de peregrinación, que domina una monumental estatua de bronce pintada de blanco de la Virgen, el informe de Mónica Zorita
(PY-RV)
“Pedro regresa a estas tierras donde se encuentran las raíces de la iglesia”
(RV).- La Custodia de Tierra Santa, también conocida como Custodia franciscana de Tierra Santa, es una subprovincia de la orden franciscana, administrada por la orden de los Frailes Menores. Sus funciones son la animación de la liturgia en los Santos Lugares a través de la coordinación de las iglesias locales, la recepción de los peregrinos provenientes de todas partes del mundo para orar en ellos, la asistencia en el sostenimiento de las estructuras que allí se encuentran, como también actividades ecuménicas, docentes o de investigación bíblica-arqueológica Hoy en día la presencia franciscana en Tierra Santa - que es considerada clave en el diálogo interreligioso- se encarga de la salvaguardia de más de 70 lugares bíblicos en Egipto, Israel, Territorios palestinos, Siria, Jordania, Chipre isla de Rodi y aquí, en el Líbano.
Camino al santuario de Harissa un desvió nos llevo a la pequeña parroquia de san Antonio de Padua donde encontramos al madrileño Aquilino Castillo Álvarez, joven fraile menor de la Custodia de Tierra Santa: /PY-RV)
Benedicto XVI en el Líbano
(RV)-. ¡Que Dios bendiga el Líbano y Oriente Medio! «No podemos resignarnos a la violencia. Mi viaje apostólico se coloca bajo el signo de la paz, con las palabras de Cristo "Les doy mi paz" (Juan 14:27)». Con estas palabras, Benedicto XVI recordó así – en el Ángelus del domingo 9 de Septiembre- su eminente Viaje Apostólico al Líbano, destacando su alegría por los intensos días – del 14 al 16 – en que encontrará al pueblo libanés, a las autoridades y a los cristianos de esta nación y de los pueblos vecinos.
En el Palacio Apostólico de Castel Gandolfo, abrazando idealmente también a todas las poblaciones de Oriente Medio y conociendo sus sufrimientos, el Papa reiteró la apremiante responsabilidad de las partes implicadas en los conflictos y violencias y de la comunidad internacional, para promover el diálogo y la paz duradera en toda la región, tan importante también para el mundo entero. Éstas fueron las palabras del Santo Padre en francés:
«Queridos peregrinos aquí presentes, o que participan en el Ángelus a través de la radio o la televisión, en los próximos días, voy a realizar un viaje apostólico al Líbano para firmar la Exhortación Apostólica post-sinodal, fruto de la Asamblea Especial para Oriente Medio del Sínodo de los Obispos, celebrado en octubre de 2010. Tendré la feliz oportunidad de encontrar al pueblo libanés y a sus autoridades, así como a los cristianos de ese amado país y de los países vecinos. No ignoro la situación, a menudo dramática que viven los habitantes de esa región, desgarrada desde hace tiempo por conflictos incesantes. Comprendo la angustia de los numerosos habitantes de Oriente Medio cotidianamente inmersos en sufrimientos de todo tipo, que afligen tristemente, y algunas veces mortalmente, su vida personal y familiar.
Mi preocupado pensamiento se dirige a los que, en búsqueda de un lugar de paz, abandonan su vida familiar y profesional y experimentan la precariedad de los exiliados. Aunque parezca difícil encontrar soluciones a los diversos problemas que afectan a la región, no podemos resignarnos a la violencia y a la exacerbación de las tensiones. El compromiso para impulsar el diálogo y la reconciliación tiene que ser una prioridad para todas las partes implicadas y debe ser sostenido por la comunidad internacional, cada vez más consciente de la importancia que tiene para el mundo entero, una paz estable y duradera en toda la región. Mi viaje apostólico al Líbano, y por extensión a Oriente Medio en su conjunto, se coloca bajo el signo de la paz, en referencia a las palabras de Cristo: "Les doy mi paz" (Juan 14:27) ¡Que Dios bendiga el Líbano y Oriente Medio! ¡Que Dios los bendiga a todos!».
Benedicto XVI continuó recordando su viaje apostólico al Líbano – el vigésimo cuarto de su pontificado- en la Audiencia General del miércoles 12 de septiembre, exhortando a rogar por la paz en toda la región
«Queridos peregrinos, dentro de dos días, hacia esta hora, estaré volando rumbo al Líbano. Me alegra este viaje apostólico. Me permitirá encontrar a numerosos componentes de la sociedad libanesa: responsables civiles y religiosos, fieles católicos de diversos ritos y otros cristianos, musulmanes y drusos de esta región. Doy gracias al Señor por esta riqueza, que sólo podrá proseguir si vive en la paz y en la reconciliación permanente. Por ello, exhorto a todos los cristianos de Oriente Medio, a los que nacieron allí y a los que han llegado luego, a ser constructores de paz y agentes de reconciliación. Pidamos a Dios que fortifique la fe de los cristianos del Líbano y de Oriente Medio, colmándolos de esperanza. Agradezco a Dios por su presencia y aliento a la Iglesia toda a la solidaridad, con el fin de que pueda seguir testimoniando a Cristo en esas tierras benditas y buscando la comunión en la unidad. Rindo gracias a Dios por todas las personas y todas las instituciones que, de múltiples maneras, ayudan en este sentido. La historia de Oriente Medio nos enseña el papel importante y a menudo primordial jugado por las diferentes comunidades cristianas en el diálogo interreligioso e intercultural. Pidamos a Dios que done a esta región del mundo la paz tan anhelada, en el respeto de las legítimas diferencias ¡Que Dios bendiga al Líbano y Medio Oriente! ¡Que Dios bendiga a todos.