domingo, 12 de febrero de 2012

Milagro de San Charbel en Venezuela joven Hanna Jabbour

Caracas/Febrero 2012. La fe se mueve por senderos más allá de nuestro propio entendimiento y el amor siempre es el motor de las más grandes historias. Sólo Dios conoce sus caminos.
Por: Rawy Mattar Kmeir
     @RawyMattarK

El joven Hanna Jabbour tiene sólo 16 años, pero la vida le preparó una historia tortuosa y a su vez maravillosa. Afectado por una infección en la sangre, según pudimos recoger de su relato con motivo de la Misa a San Marón el pasado 12/02/2012 en el Monasterio San Charbel; viajó desde Margarita (Estado Nueva Esparta), ciudad en la que reside, hasta Caracas en busca de un tratamiento médico que mejorara su situación.

Hanna Jabbour (al centro en la silla) rodeado por La Juventud Maronita Líbano Venezolana (JUMALVE)

El neoespartano aquejaba fuertes dolores que no lo dejaban ni mantenerse en pie, sus días eran un suplicio. Los doctores detectaron que la situación era peor de lo que esperaban y diagnosticaron que un 95% de sus células eran dañinas (Presuntamente leucemia) y que las expectativas no eran para nada alentadoras.  Pero Hanna y su familia, aferrados a su fe y a la profunda devoción católica por San Charbel, santo patrono del Líbano, de donde es la familia Jabbour; pedían con vehemencia en favor de su recuperación.

"Los doctores me dijeron que era una enfermedad muy grave (…) Yo jamás perdí la fe y siempre seguía rezándole a San Charbel. Una noche mi papá me trajo dos fotos de él (San Charbel) y las puse debajo de mi almohada (…) ese día me habían hecho una (prueba en la) médula y me habían sacado líquido y a los dos días me dijeron que tenía un 95% de células malas (...) le recé a San Charbel, mi papá me puso las fotos debajo de la almohada y a la mañana siguiente no tenía nada en el cuerpo" dijo mientras hacía una pausa visiblemente conmovido: "Cuando me levanté tenía la foto bajo mi espalda llena de sangre... sola". Una semana después los exámenes revelaron que la infección había desaparecido.

Imagen milagrosa. Foto Rossett Ghaleb

Todo indica que es un milagro que debemos atribuír al santo libanés, que ya en otras tantas latitudes del planeta ha intercedido por numerosas personas. Mientras tanto, en Venezuela Hanna Jabbour es testimonio viviente de la grandeza de Dios y una fiel muestra de que mientras no perdamos la fe, las esperanzas seguirán intactas.

Este es el video donde el joven Hanna Jabbour relata el milagro.


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